Hace exactamente un año, escribía que aquel 2015 que ya terminaba se había revelado como uno de los años más intensos de mi vida, de la mano del nacimiento y los primeros pasos de Canarias En Hora. Esperaba entonces que este 2016 que comienza ya a agonizar me permitiera también continuar desarrollándome en una profesión que me apasiona, aunque, secretamente, también le pedía que fuese un poco más relajado que el anterior. Lo primero me lo concedió con creces. Sin embargo, fueron tantos los retos que surgieron durante estos últimos doce meses que la calma jamás llegó.
Confieso que llego al final de esta carrera llamada 2016 prácticamente agotado, pero feliz. Feliz porque tengo la suerte de poder dedicarme a lo que más me gusta; de trabajar en el mejor oficio del mundo y, además, en una noche como esta, estoy rodeado de los míos, con el móvil repleto de notificaciones deseándome lo mejor y con los que ya no están presentes siempre en el recuerdo.
Por eso, lo único que puedo es aprovechar mi principal herramienta de trabajo, la palabra, para desearles a todos una muy feliz Navidad y que 2017 venga cargado de lo mejor para todos. Yo, humildemente, lo encaro junto a todos mis compañeros cargado de proyectos personales y profesionales y con la mejor de las ilusiones. Aquella que te da el poder vivir de lo que realmente te gusta, por muy agotador que pueda resultar.
¡Feliz y periodística Navidad!
Pd: Ya sé que como actor no me ganaría la vida, pero pudiendo informar, no me hace ninguna falta.
